Resolución de conflictos y fortalecimiento de los lazos familiares. Conflictos parentales (1).

Iniciamos la publicación de cuatro nuevos artículos dentro de la serie sobre parentalidad positiva con Silvia Chamorro, psicóloga especializada en Intervención Social y Orientación Educativa.

La psicóloga aborda los conflictos familiares y lo hace desde cuatro perspectivas:

  • conflictos parentales (1),
  • con los hijos e hijas (2),
  • entre hijos e hijas (3),
  • conflictos con la red extensa (y4).

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Resolución de conflictos y fortalecimiento de los lazos familiares

Silvia Chamorro

En las relaciones humanas es inevitable que aparezcan conflictos y, a pesar de lo que podamos creer, esto no tiene porqué ser algo negativo.

Gracias al conflicto podemos aprender más de cómo es la otra persona y de sus necesidades, puede ser incluso un motor de cambio para el desarrollo personal. Cuando una familia atraviesa por una situación de conflicto y trabaja de forma conjunta en su resolución los lazos y vínculos se ven fortalecidos. 

En este primer artículo de la serie, se analizarán los conflictos parentales, los que se producen entre los progenitores o cuidadores principales.

Dado el actual crecimiento de las familias compuestas, aquí podemos englobar a las nuevas parejas.

En septiembre, Silvia Chamorro abordará los conflictos con los hijos e hijas. Son aquellos que ocurren con nuestras criaturas. Normalmente, es primero la figura parental quien es consciente de que hay un problema en la relación que necesitan solucionar.

Resolución de conflictos y fortalecimiento de los lazos familiares
Silvia Chamorro, psicóloga especializada en Intervención Social y Orientación Educativa.

El siguiente artículo se centrará en los conflictos entre hijos e hijas. Son los que ocurren entre hermanos y hermanas, desde las rabietas infantiles hasta la adultez.

Es un tipo de relación distinta de la que se da entre padres e hijas/os, porque se elimina la desigualdad de roles y la etapa evolutiva en la que se encuentran es más próxima.

Y el último artículo de la serie incluirá los conflictos con la red extensa. Se engloban los conflictos que tanto progenitores como criaturas puedan tener con la red extensa.

Dadas las necesidades derivadas de la realidad social actual es habitual encontrar menores al cuidado de amistades y familiares en distinto grado: abuelos y abuelas, tíos y tías, primos y primas, etc.

Resolución de conflictos y fortalecimiento de los lazos familiares
Si los conflictos en el hogar generan escenas violentas de forma verbal o física, es posible que la situación requiera de asesoramiento y acompañamiento profesional.

Los conflictos parentales

Son las diferencias y desacuerdos que surgen entre padres y madres. Los conflictos parentales pueden ser en relación a la crianza y educación de las hijas/os o sobre aspectos de la relación entre ellos.

Si con tu pareja son habituales escenas de discusión por la gestión del tiempo de descanso, por aspectos financieros, por el reparto de tareas, por la forma de criar y educar a las hijas/os, etc., te interesa seguir leyendo.

Si los conflictos en el hogar generan escenas violentas de forma verbal o física, es posible que la situación requiera de asesoramiento y acompañamiento profesional.

Para encontrar soluciones es necesario contar con las herramientas necesarias. Un estilo de crianza que equilibre la exigencia con el afecto, practicar la comunicación efectiva y una buena inteligencia emocional son herramientas que ya os hemos propuesto aplicar anteriormente.

Ahora es el momento de ponerlas a trabajar juntas para conseguir la resolución del conflicto.

Resolución de conflictos y fortalecimiento de los lazos familiares
En muchas ocasiones, las expectativas que una de las partes tiene sobre la otra y viceversa son el origen del conflicto.

En muchas ocasiones, las expectativas que una de las partes tiene sobre la otra y viceversa son el origen del conflicto. Podemos empezar viendo que parte del otro no cumple con nuestras expectativas y desde ahí evaluar cómo de realistas son las expectativas y posibles soluciones.

Veamos un ejemplo. En una relación de pareja surge un conflicto, una de las partes vuelve de una cena y, al llegar a casa, la otra parte se muestra de mal humor, dando respuestas pasivo-agresivas o directamente violentas.

  • Expectativas razonables: La parte del conflicto que se ha quedado en casa se siente insegura porque su pareja nunca la incluye en su grupo de amistades y le gustaría alguna vez ser parte de los planes con sus amistades.
  • Expectativas no razonables: La parte del conflicto que se ha quedado en casa se siente insegura porque piensa que su pareja, cuando no están juntos, puede conocer a otra persona mejor y abandonarla. Le gustaría ir siempre con la otra parte y que no saliera tanto con sus amistades.

Las soluciones que se nos ocurrirán en ambos casos serán muy diferentes.

En el primero de los casos, si el malestar de la persona es razonable es mucho más fácil empatizar con él y que mediante la comunicación se pueda llegar a acuerdos.

Y en el segundo caso, cuando interpretamos que la otra persona espera algo de nosotras/os que no es razonable la resolución del conflicto se vuelve más compleja y comenzará con un ajuste de las expectativas de cada parte.

Resolución de conflictos y fortalecimiento de los lazos familiares
En los conflictos parentales hay dos partes y ambas tienen que hacerse cargo del conflicto y de la solución.

Definir claramente lo que para mí es la causa del conflicto e intentar comunicarlo de forma asertiva. Es un punto de inicio para la resolución de problemas.

Para que ambas partes puedan llegar a acuerdos en necesario que revisen sus expectativas, las que se tiene de la otra persona y las que se percibe que esa persona tiene de sí misma.

Buscar un enfoque orientado a las soluciones y no a las culpas. Promover un ambiente adecuado para la resolución de conflictos donde la comunicación sea fluida y sincera, en el que ambas partes se involucran y se comprometen a efectuar cambios, trabajando conjuntamente por un objetivo común.

Si solo una de las partes asume la responsabilidad de solucionar los problemas de la pareja estaríamos hablando de relaciones con una desigualdad estructural.

Para que se produzca la comunicación tiene que existir un emisor y un receptor. En los conflictos parentales hay también dos partes, y ambas tienen que hacerse cargo del conflicto y de la solución.

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