¿Está comprometida la salud de la población infantil y adolescente? Buscamos respuestas y las encontramos en el Estudio PASOS longitudinal 2022-2025 de la Gasol Foundation.

En solo tres años y medio de crecimiento, el estilo de vida de los niños, niñas y adolescentes en España ha empeorado de forma preocupante.

PASOS analiza la evolución del estado ponderal y los estilos de vida de la población de 8 a 16 años en España. Y hace un seguimiento de los participantes de la primera edición (2029-2020), después de tres años y medio de crecimiento.

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¿Está comprometida la salud de la población infantil y adolescente?

Los resultados del Estudio PASOS no solo reflejan una realidad preocupante, sino que también ofrecen evidencia científica sólida para poder actuar y revertir esta tendencia.

Desde la Gasol Foundation, proponen una serie de recomendaciones para transformar los entornos donde crecen niños, niñas y adolescentes y proteger su salud hoy y mañana.

Actualmente, la salud de la población infantil y adolescente está comprometida. Vivimos en un sistema económico y social que promueve entornos carentes de salud.

Esto provoca que demasiados niños y niñas no tengan otra opción de desarrollo que no sea seguir un estilo de vida poco o nada saludable con relación al uso de pantallas, sueño, actividad física, bienestar psicológico o alimentación.

¿Está comprometida la salud de la población infantil y adolescente? Buscamos respuestas y las encontramos en el Estudio PASOS longitudinal 2022-2025 de la Gasol Foundation.
Estudio PASOS longitudinal 2022-2025 de la Gasol Foundation.

La evidencia científica ha asociado el deterioro en estos factores con un aumento de la obesidad desde la infancia, entre otras cuestiones relevantes para la salud y el desarrollo humano.

A su vez, las desigualdades sociales agravan esta situación, afectando especialmente a quienes crecen en entornos desfavorecidos, tal y como han demostrado informes y evidencias científicas previas derivadas del estudio PASOS u otros estudios poblacionales.

Nos encontramos, por tanto, ante un problema sistémico que requiere una intervención integral y holística.

No es una consecuencia de decisiones individuales, libres y voluntarias, ni mucho menos una cuestión estética vinculada al peso y a la composición corporal, tal y como se ha aproximado clásicamente.

Las causas y consecuencias de esta situación se presentan en los planos social, psicológico y físico, iniciándose muchas de ellas ya en los primeros años de crecimiento y perpetuándose a lo largo del ciclo vital.

¿Está comprometida la salud de la población infantil y adolescente? Buscamos respuestas y las encontramos en el Estudio PASOS longitudinal 2022-2025 de la Gasol Foundation.
Demasiados niños y niñas no tienen otra opción de desarrollo que no sea seguir un estilo de vida poco o nada saludable con relación al uso de pantallas, sueño, actividad física, bienestar psicológico o alimentación.

Desde el punto de vista social, es evidente que vivimos en un mundo cada vez más individualista en el que la interacción social, tan necesaria para el bienestar del ser humano, es menos frecuente y más pobre.

Los segmentos de población en situación de mayor vulnerabilidad según ejes de desigualdad como la edad, la condición física o intelectual, la etnia o raza, la posición socioeconómica, o el género, tienden a tener un menor capital social y esto vulnera de forma nuclear su estado de salud.

En la etapa infantil y adolescente, una rica interacción social promueve el desarrollo físico y cognitivo, mientras que la discriminación social y el uso excesivo de pantallas pueden generar aislamiento y malestar psicológico.

De hecho, uno de los aspectos más preocupantes que pone en evidencia el presente informe es la fuerte irrupción del uso de pantallas en la vida cotidiana de la infancia, la adolescencia y la juventud.

Los efectos de este cambio brusco a nivel poblacional pueden ser múltiples y muchos de ellos son todavía una incógnita.

¿Está comprometida la salud de la población infantil y adolescente? Buscamos respuestas y las encontramos en el Estudio PASOS longitudinal 2022-2025 de la Gasol Foundation.
Un aspecto preocupante que pone en evidencia el informe PASOS es la fuerte irrupción del uso de pantallas en la vida cotidiana de la infancia, la adolescencia y la juventud.

Este tipo de adicciones comportamentales afectan de forma nuclear a la salud física, deterioran la riqueza de la interacción social en el entorno comunitario y producen afectaciones relevantes sobre la salud psicológica.

Todo ello acaba produciendo altos niveles de ansiedad en la población, afectando al bienestar en general, a la construcción de la autoestima y suponiendo una amenaza para la autoeficacia

individual y colectiva, tan importantes en el proceso de descubrimiento de los beneficios que reporta seguir un estilo de vida saludable desde las primeras etapas de la vida.

Una de las cuestiones de salud que ha generado una mayor alarma en las últimas décadas, es el incremento en la prevalencia de obesidad infantil, que está asociada a los factores socioeconómicos , del estilo de vida y del entorno.

Las consecuencias cardiometabólicas, psicológicas y sociales que pueden producir un exceso de adiposidad corporal desde la infancia preocupan a la comunidad científica, a las instituciones y a las entidades dedicadas a la salud pública.

Se subraya la palabra pueden, ya que si se logra transformar los entornos en espacios inclusivos y promotores de la salud, es posible minimizar estas consecuencias del exceso de adiposidad corporal y, al mismo tiempo, reducir la incidencia de obesidad infantil.

Los indicadores que permiten conocer o aproximar dicho exceso de adiposidad están en tela de juicio por parte de la comunidad científica, que debe tratar de ir más allá del pesocentrismo clásico.

¿Está comprometida la salud de la población infantil y adolescente? Buscamos respuestas y las encontramos en el Estudio PASOS longitudinal 2022-2025 de la Gasol Foundation.
Una cuestión de salud que ha generado mayor alarma en las últimas décadas, es el incremento en la prevalencia de obesidad infantil, asociada a factores socioeconómicos, del estilo de vida y del entorno.

En las últimas décadas se ha considerado el Índice de Masa Corporal (IMC) como un buen indicador del estado ponderal y de salud de la población, a la vez que supone una aplicación coste-eficiente.

El IMC, que pone en relación el peso respecto a la talla, se ha clasificado en forma de categorías para estimar el bajo peso, peso saludable, sobrepeso, obesidad u obesidad severa en base a valores o puntos de corte estandarizados para el crecimiento infantil hasta los 19 años de edad.

Esta consideración clásica es cada vez más cuestionada por múltiples motivos, entre los que destaca el hecho de que no permite conocer la localización de la grasa corporal o si el peso más elevado es atribuible en mayor o menor medida a la masa grasa, muscular o ambas.

También es relevante destacar que la clasificación en categorías de estado ponderal puede contribuir a acentuar el estigma alrededor del peso de las personas con una composición corporal compatible con sobrepeso y especialmente con obesidad.

Dicho estigma, provoca graves consecuencias en la salud a todos los niveles, entre las que destaca el incremento de la prevalencia de los trastornos del comportamiento alimentario.

Si bien existen métodos basados en tecnología, como DEXA o bioimpedancia, o no basados en tecnología, como la valoración de pliegues, que parecen ser robustos, dichos métodos son poco coste-eficientes para su aplicación en los contextos epidemiológicos o clínicos de gran alcance.

En este contesto, puede ser de gran utilidad la estimación del coeficiente de la cintura respecto a la talla.

Permite aproximar con mayor precisión si la grasa corporal está acumulada en mayor o menor medida alrededor del abdomen. Esta la que comporta uno de los mayores factores de riesgo cardiometabólico.

Este indicador parece más sensible a los cambios en variables de estilo de vida como actividad física o sedentarismo. E ingesta de ciertos alimentos que pueden provocar incremento o reducción en el coeficiente cintura/talla.

Los resultados de este informe analizan los estilos de vida a nivel basal en función de si se produce a lo largo del crecimiento incremento o reducción del coeficiente cintura/talla. Y sin entrar en clasificaciones del estado ponderal.

Y más allá de cualquier indicador antropométrico, de estado ponderal o de composición corporal, conviene poner el foco en generar entornos promotores de la salud. Los objetivos son claros:

  • Frenar el deterioro en los estilos de vida saludables que se muestra en este informe,
  • Facilitar a la sociedad la posibilidad de alcanzar un nivel alto de calidad de vida y bienestar. Este enfoque debería ser capaz de beneficiar a toda la población. Y esto con independencia de su composición corporal o de los ejes de desigualdad a los que una persona, familia o comunidad puedan estar expuestas.

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