La importancia del diagnóstico y tratamiento individualizado del TDAH. ¿Qué debemos saber sobre el Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad?

Con la vuelta al cole, surgen algunas dudas a padres y educadores. Buscamos respuestas a algunas cuestiones importantes.

Para ello, hemos contamos con la experiencia y especialización del Dr. Daniel Martín Fernández-Mayoralas, neuropediatra del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo y del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.

Te lo contamos en jupsin.com, el portal profesional exclusivo de IPDGrupo.com que te ofrece información para decidir sobre igualdad y salud.

La importancia del diagnóstico y tratamiento individualizado del TDAH

El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) es una de las alteraciones del neurodesarrollo más frecuentes en la población infantil.

Se trata de un trastorno heterogéneo, en cuanto a sus síntomas y causas, neurobiológico y con un claro componente genético.

El diagnóstico debe basarse en la presencia de los criterios clínicos, que reconoce tres presentaciones:

  • Combinada, con síntomas que engloban los tres grupos de síntomas típicos -el déficit de atención, la hiperactividad y la impulsividad-.
  • El de predominio hiperactivo-impulsivo, que reconoce solo los dos últimos síntomas.
  • Subtipo inatento (TDA, «sin la H de hiperactividad»), que puede cursar sin síntomas de hiperactividad y de impulsividad, cumpliendo tan solo criterios de falta de atención.
El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) es una de las alteraciones del neurodesarrollo más frecuentes en la población infantil.

Tratamiento del TDAH

El tratamiento del TDAH debe ser multimodal y abarcar medidas preventivas, psicosociales, pedagógicas y farmacológicas.

Debe iniciarlo un médico experimentado en el diagnóstico y tratamiento del TDAH y sus comorbilidades.

Y debe ser instaurado cuando exista un sufrimiento, esto es, una repercusión significativa en una o más áreas importantes en la vida.

Este grado de gravedad/afectación debe establecerse en función del grupo normativo de niños de edad similar.

Rendimiento escolar, relaciones sociales y autoestima

Las áreas afectadas comprenden el rendimiento escolar, las relaciones sociales (especialmente con sus iguales), la autoestima o la calidad de vida del sujeto afectado.

El tratamiento médico debe comenzar cuando el diagnóstico del TDAH y/o sus comorbilidades u otro trastorno diferente esté bien establecido.

La eficacia y efectividad de las diferentes medidas terapéuticas ha de tener relevancia clínica, esto es, el tamaño de efecto (TE): ver las fórmulas para su obtención a continuación, ha de ser relevante, y los efectos adversos, mínimos.

Siempre hacen falta varios trabajos de calidad sobre un mismo tratamiento para poder sacar conclusiones claras sobre su efectividad y efectos secundarios.

‘Alarmas’ y ‘resultados milagrosos’

Como regla: “no vale con un solo estudio, aunque los resultados sean significativos”. Al saltarnos la regla es cuando se producen las “alarmas” sociales o los “resultados milagrosos”, por desgracia, tan en boga hoy por hoy en los medios de comunicación.

Los pacientes con TDAH bien tratados evolucionan mejor que los no tratados. La mejora evolutiva de éstos, tras varios años de seguimiento, se observa en varios dominios.

No solo un trastorno académico

El más importante no ha de ser necesariamente el desarrollo académico, que mejora claramente en la mayoría de los sujetos con TDAH tratados, sino en otros tan necesarios como son la autoestima y el funcionamiento social.

El TDAH –salvo excepciones que confirman la regla- no es “sólo” un trastorno académico. Otros dominios mejoran menos claramente, por ejemplo, el nivel de ocupación laboral.

Otros, como la conducción de vehículos y la obesidad, que no suelen ser objetivos iniciales en casi ningún caso, pero que suponen un motivo de preocupación en los adultos, mejoran de una forma importante en los meta-análisis estudiados.

Conducta, socialización, aprendizaje, ansiedad…

Muchos de los trastornos asociados (conducta, socialización, aprendizaje, ansiedad, etc) precisarán intervenciones específicas no farmacológicas (adaptaciones metodológicas, terapia cognitivo conductual entre bastantes otras).

Y a veces precisarán intervenciones farmacológicas añadidas (neurolépticos, ISRSs, guanfacina y muchos otros) al tratamiento del TDAH.

Tratamiento individualizado

Los psicoestimulantes (metilfenidato y LDX) muestran, habitualmente, tamaños de efecto sensiblemente superiores a los tratamientos no psicoestimulantes (atomoxetina, clonidina) en los trabajos publicados.

Pero hasta un tercio de pacientes presenta una respuesta inadecuada y una cantidad muy significativa de niños o adolescentes con trastorno negativista/desafiante, agresividad, tics, ansiedad o insomnio (entre otros problemas) deben ser tratados inicialmente con fármacos no estimulantes en función de sus antecedentes, historia clínica, exploración, etcétera.

El tratamiento ha de ser siempre individualizado.

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