¿Es posible poner fin a la tuberculosis? Una cuarta parte de la población mundial esta infectada con la bacteria de la tuberculosis, pero tan solo un pequeña proporción de estas personas desarrollarán síntomas y la enfermedad.

Y aún así, en 2023, 1,25 millones de personas murieron de tuberculosis, incluidas 161.000 personas con infección por el VIH.

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¿Es posible poner fin a la tuberculosis?

El riesgo de enfermar de tuberculosis es mucho mayor entre las personas con sistemas inmunitarios debilitados. Una persona que vive con el VIH tiene, aproximadamente, 13 veces más probabilidades de desarrollar tuberculosis activa.

La estrategia Fin a la Tuberculosis de la OMS, adoptada por la Asamblea de la Salud en mayo de 2014, ofrece a los países un modelo para poner fin a la epidemia, reduciendo la mortalidad y la incidencia de esta enfermedad y eliminando los costos catastróficos.

La estrategia incluye una serie de metas de impacto a nivel mundial que prevén, por un lado, reducir las muertes por tuberculosis en un 90% y los nuevos casos en un 80% entre 2015 y 2030.

Y, por otro lado, velar por que ninguna familia tenga que hacer frente a costos catastróficos debidos a esta enfermedad.

En 2023, las Naciones Unidas celebraron su segunda reunión de alto nivel sobre la tuberculosis, en la que se implicó a los jefes de Estado y de gobierno en el debate sobre la situación de la epidemia de tuberculosis y la forma de ponerle fin.

La declaración política resultante reafirma los compromisos y metas ya existentes e incluye otros nuevos para el periodo comprendido entre 2023 y 2027.

¿Es posible poner fin a la tuberculosis?
Según las estimaciones, alrededor de una cuarta parte de la población mundial se ha infectado por el bacilo tuberculoso y entre el 5% y el 10% de estas personas acaba presentando síntomas y enfermando.

¿Qué es la tuberculosis?

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por el bacilo tuberculoso, una bacteria que suele afectar a los pulmones. Se transmite por el aire cuando una persona enferma tose, estornuda o escupe. La tuberculosis se puede prevenir y curar.

Según las estimaciones, alrededor de una cuarta parte de la población mundial se ha infectado por el bacilo tuberculoso y entre el 5% y el 10% de estas personas acaba presentando síntomas y enfermando.

Las personas infectadas que no han enfermado no transmiten la enfermedad. La tuberculosis suele tratarse con antibióticos y puede ser mortal si no se trata.

En algunos países se administra a los bebés y los niños pequeños la vacuna antituberculosa BCG (bacilo de Calmette-Guérin), que previene la muerte por tuberculosis y protege a los niños de las formas graves de esta enfermedad.

Hay afecciones que pueden aumentar el riesgo de contraer la tuberculosis:

  • diabetes (que se caracteriza por un exceso de azúcar en la sangre)
  • sistema inmunitario debilitado (por ejemplo, infección por el VIH o el sida)
  • malnutrición
  • tabaco
  • alcohol

Síntomas de la tuberculosis

Las personas con infección tuberculosa no presentan síntomas ni pueden transmitir el bacilo. Y solo una proporción enferma y presenta síntomas. Los bebés y los niños corren más riesgo de enfermar.

Los bacilos tuberculosos se pueden multiplicar en el organismo y afectar a varios órganos, momento en el que se considera que la persona tiene tuberculosis.

Los síntomas pueden ser leves durante muchos meses, lo cual facilita la transmisión inadvertida a otras personas. Además, algunas personas con tuberculosis no presentan síntomas. Los síntomas habituales de la tuberculosis son:

  • tos prolongada (a veces con sangre)
  • dolor en el pecho
  • astenia
  • cansancio
  • pérdida de peso
  • fiebre
  • sudores nocturnos.

Los síntomas dependen de la parte del cuerpo afectada. Aunque la tuberculosis suele afectar a los pulmones, también pueden verse afectados los riñones, el cerebro, la columna vertebral y la piel.

Para ayudar a prevenir la infección tuberculosa y su propagación, siga estos pasos:

  • Busque atención médica si presenta síntomas como tos prolongada, fiebre y una pérdida de peso de causa desconocida, ya que el tratamiento precoz de la tuberculosis puede ayudar a detener su propagación y a aumentar la probabilidad de recuperación.
  • Hágase la prueba de la infección tuberculosa si se encuentra en una situación de mayor riesgo, por ejemplo, si tiene infección por el VIH o está en contacto en el hogar o en el lugar de trabajo con personas con tuberculosis.
  • Complete el tratamiento preventivo de la tuberculosis tal y como se lo haya prescrito el médico, ya que evita que la infección evolucione y cause síntomas.
  • Si tiene tuberculosis, adopte prácticas de higiene al toser: evite el contacto con otras personas, use mascarilla, cúbrase boca y nariz al toser y estornudar, y deshágase adecuadamente del esputo y los pañuelos usados.
  • Hay medidas específicas, como el uso de mascarillas y respiradores, que son importantes para reducir la infección en los establecimientos de atención de salud y de otro tipo.
¿Es posible poner fin a la tuberculosis?
Para determinar si una persona está infectada, se puede utilizar la prueba de la tuberculina, el ensayo de liberación de interferón γ o las nuevas pruebas cutáneas con antígenos.

Difícil de diagnosticar la tuberculosis en los niños

La OMS recomienda someter a una prueba rápida de diagnóstico molecular a todas las personas con signos y síntomas de tuberculosis, como prueba inicial.

Las pruebas rápidas de diagnóstico recomendadas por la OMS (Xpert MTB/RIF Ultra y Truenat) son muy precisas y ayudan a mejorar notablemente la detección temprana de la tuberculosis, incluida la farmacorresistente.

Para determinar si una persona está infectada, se puede utilizar la prueba de la tuberculina, el ensayo de liberación de interferón γ o las nuevas pruebas cutáneas con antígenos.

El diagnóstico de la tuberculosis multirresistente y de otras formas resistentes, así como el de la tuberculosis asociada al VIH, puede ser complejo y caro. La tuberculosis es especialmente difícil de diagnosticar en los niños.

Antibióticos específicos para el tratamiento

La tuberculosis se trata con antibióticos específicos. El tratamiento está recomendado tanto para la infección tuberculosa como para la enfermedad propiamente dicha. Los antibióticos más comúnmente utilizados son:

  • isoniazida
  • rifampicina
  • pirazinamida
  • etambutol.

Para ser eficaces, estos medicamentos deben tomarse diariamente durante 4 a 6 meses. Es peligroso suspender el tratamiento antes de tiempo o sin consejo médico, ya que los bacilos tuberculosos presentes en el organismo podrían adquirir resistencias farmacológicas.

Cuando la tuberculosis no responde a los medicamentos habituales, se la denomina «farmacorresistente» y requiere un tratamiento con otros fármacos.

¿Es posible poner fin a la tuberculosis?
Los bacilos multirresistentes no se ven afectados por la isoniazida y la rifampicina, los dos fármacos antituberculosos de primera línea más eficaces. La tuberculosis multirresistente se puede tratar y curar con otros fármacos, pero son más caros y tóxicos.

Tuberculosis multirresistente

La farmacorresistencia surge:

  • cuando los fármacos antituberculosos se toman de manera inadecuada debido a una prescripción incorrecta por parte de los proveedores de atención de la salud,
  • por la mala calidad de los medicamentos
  • o a la interrupción prematura del tratamiento por parte de los pacientes.

Los bacilos multirresistentes no se ven afectados por la isoniazida y la rifampicina, los dos fármacos antituberculosos de primera línea más eficaces. La tuberculosis multirresistente se puede tratar y curar con otros fármacos, pero son más caros y tóxicos.

En algunos casos, los bacilos adquieren más resistencias a estos antituberculosos más eficaces que se prescriben para tratar la tuberculosis multirresistente y, por ello, se denominan «extensamente resistentes». Hay pocas opciones terapéuticas disponibles contra la tuberculosis extensamente resistente.

La tuberculosis multirresistente sigue siendo una crisis de salud pública y una amenaza para la seguridad sanitaria. Solo alrededor de dos de cada cinco personas afectadas tuvieron acceso a tratamiento en 2023.

De conformidad con las directrices de la OMS, el diagnóstico de tuberculosis multirresistente requiere una confirmación bacteriológica y la determinación de la farmacorresistencia mediante pruebas moleculares rápidas o cultivo.

Las directrices de la OMS (2022) priorizan un esquema oral breve (de seis meses de duración) que combine bedaquilina, pretomanid, linezolid y moxifloxacino (BPaLM) o bedaquilina, pretomanid y linezolid (BPaL) como tratamiento de elección para los pacientes que reúnan los requisitos establecidos.

En 2023, se informó de que 5.646 personas con tuberculosis multirresistente/resistente a la rifampicina habían comenzado el tratamiento con estos esquemas, frente a las 1.744 personas que lo iniciaron en 2022.

Ahorrar recursos valiosos para ampliar cobertura de diagnóstico y tratamiento

La menor duración del tratamiento, el menor número de comprimidos y la alta eficacia de este nuevo esquema pueden ayudar a aliviar la carga sobre los sistemas de salud.

Y a ahorrar recursos valiosos para seguir ampliando la cobertura del diagnóstico y el tratamiento para todas las personas que los necesitan.

Anteriormente, el tratamiento de la tuberculosis multirresistente solía durar al menos 9 meses y podía llegar a los 20 meses. La OMS recomienda ampliar el acceso a los tratamientos administrados exclusivamente por vía oral.

¿Es posible poner fin a la tuberculosis?
Se necesitan 22.000 millones de dólares, cada año, para prevención, diagnóstico, tratamiento y atención de la tuberculosis. El objetivo: alcanzar en 2027 la meta mundial acordada en la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis celebrada en 2023.

Tuberculosis y VIH

La tuberculosis es la principal causa de muerte entre las personas con infección por el VIH. Las personas que viven con el VIH tienen 16 veces más probabilidades de contraer tuberculosis que las seronegativas para este virus (intervalo de incertidumbre: entre 14 y 18 veces más).

La combinación de ambas infecciones es letal, ya que la una acelera la evolución de la otra. En 2023 fallecieron 161.000 personas por tuberculosis asociada al VIH.

El porcentaje de casos notificados de tuberculosis para los que se disponía de un resultado documentado de una prueba de detección del VIH en ese año fue del 80%, una proporción igual a la de 2022 pero superior al 76% de 2021.

La Región de África de la OMS soporta la mayor carga de tuberculosis asociada al VIH. En 2023, tan solo el 56% de los pacientes de tuberculosis con infección conocida por el VIH estaban en tratamiento antirretrovírico.

Para reducir la mortalidad, la OMS recomienda adoptar un enfoque basado en 12 componentes para las actividades colaborativas contra la tuberculosis y el VIH, incluidas las medidas de prevención y tratamiento de las infecciones y los síntomas.

La tuberculosis afecta a todos los grupos de edad

La tuberculosis afecta principalmente a los adultos en sus años más productivos, aunque todos los grupos de edad corren riesgo. Más del 80% de los casos y las muertes se dan en países de ingreso bajo y mediano.

La tuberculosis está presente en todo el mundo. En 2023, el mayor número de nuevos casos se registró en la Región de Asia Sudoriental de la OMS (el 45%), seguida de la de África (el 24%) y la del Pacífico Occidental (el 17%).

Alrededor del 87% de los nuevos casos se produjeron en los 30 países con alta carga de tuberculosis, y más de dos tercios del total mundial se concentraron en Bangladesh, China, Filipinas, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y la República Democrática del Congo.



En la Estrategia Fin a la Tuberculosis de la OMS se ha fijado el objetivo de que ninguna persona con tuberculosis (y sus hogares) tengan que hacer frente a gastos desorbitados para tratar esta enfermedad (es decir, que tengan que hacer un gasto superior al 20% de la renta doméstica).

Sin embargo, de las personas con esta enfermedad que están en tratamiento y de sus hogares, alrededor del 50% enfrentan gastos desorbitados por ese motivo.

Las personas inmunodeprimidas, como las que viven con el VIH o las que padecen desnutrición o diabetes, así como las personas que consumen tabaco, corren más riesgo de enfermar de tuberculosis.

Según las estimaciones correspondientes a 2023:

  • 0,96 millones de nuevos casos de tuberculosis se debieron a la desnutrición,
  • 750.000 a trastornos por el consumo de alcohol,
  • 700.000 al tabaquismo,
  • 610.000 a la infección por el VIH
  • y 380 000 a la diabetes.

¿Cuánto costaría acabar con la tuberculosis?

Se necesitan 22.000 millones de dólares, cada año, para prevención, diagnóstico, tratamiento y atención de la tuberculosis. El objetivo: alcanzar en 2027 la meta mundial acordada en la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis celebrada en 2023.

Como en el decenio anterior, la mayor parte del gasto en servicios relacionados con la tuberculosis en 2023 (el 80%) era asumido por fuentes nacionales.

En los países de ingreso bajo y mediano, la financiación de los donantes internacionales sigue siendo fundamental.

Entre 2019 y 2023, los fondos procedentes de fuentes nacionales se redujeron en 1.200 millones de dólares y los proporcionados por donantes internacionales aumentaron ligeramente (en 100 millones).

La mayor parte del recorte en la financiación nacional se explica en gran medida por la tendencia en este sentido en el grupo de los BRICS (Brasil, Federación de Rusia, India, China y Sudáfrica).

Por lo que respecta a la investigación e innovación en tuberculosis, los 1.000 millones que se destinaron en 2022 siguen estando muy por debajo del objetivo mundial fijado en 5.000 millones de dólares anuales.

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