La sequedad ocular es un problema común y subestimado. Continuamos aportando información profesional sobre el sentido de la vista.

Y lo hacemos con una nueva serie de artículos de Silvia Edo, Óptica Optometrista en EDO ÒPTICS.

Silvia está especializada en visión infantil, en diagnóstico y tratamiento de las anomalías binoculares, terapia visual y problemas de aprendizaje. Es Psicomotricista y Practicant Tomatis® Nivel 2.

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La sequedad ocular es un problema común y subestimado

Silvia Edo, Óptica Optometrista

Antes que nada, es importante explicar que muchas veces cuando hablamos de ojo seco, nos referimos a una cantidad insuficiente de la capa acuosa de la lágrima.

Para simplificar la explicación de las tres capas principales de la lágrima, utilizaré el ejemplo de un pastel en el que la capa superior y la capa inferior son de brioche, y entre ellas hay una capa de nata.

En el caso de la lágrima, las dos capas de brioche representan las capas de grasa o lípidos y de proteína, cuya función es ayudar a mantener el equilibrio de la lágrima. La capa intermedia, la nata, representa el agua, cuya función es hidratar las superficies oculares.

Por tanto, dependiendo de la cantidad de agua que tenga la lágrima, su evaporación será más o menos rápida. A menor cantidad de agua, más rápida será la evaporación y mayores serán las molestias que sentimos en los ojos.

Los Doctores Nuno Moura-Coelho y José Luis Güell, en 2023, afirmaban que el ojo seco afecta a cinco millones de españoles, lo que representa el 11% de la población.

Aproximadamente el 30% de las consultas de oftalmología y de optometría revelan que los pacientes presentan algunos de los síntomas asociados a la sequedad ocular.

  • Sensación de ardor o picazón en los ojos.
  • Enrojecimiento ocular.
  • Sensación de cuerpo extraño o arenilla en los ojos.
  • Visión borrosa, especialmente al final del día.
  • Fatiga ocular.
  • Sensibilidad a la luz.

Por un lado, la sequedad ocular se manifiesta principalmente por dos motivos:

  • Los ojos no producen suficientes lágrimas.
  • La calidad de las lágrimas es insuficiente para mantener una adecuada lubricación ocular.

Y por otro lado, aunque la sequedad ocular puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente en personas mayores de 40 años.

De todos modos, no hay una causa o factor concreto al que se le pueda atribuir la sequedad ocular. Esta condición puede ser consecuencia de enfermedades, factores ambientales y hábitos de vida.

Otra característica importante a considerar es que la sequedad ocular puede ser cíclica o presentarse en períodos específicos, como las épocas de alergias, embarazos o momentos de mayor estrés. Por esta razón, es fundamental destacar la importancia del sistema nervioso en la gestión de la sequedad ocular.

El 30% de las consultas de oftalmología y de optometría revelan que los pacientes presentan algunos de los síntomas asociados a la sequedad ocular.

Causas o factores relacionados con la sequedad ocular

  • Síndrome de Sjögren: Es una enfermedad autoinmune que afecta las   glándulas que producen lágrimas y saliva, lo que resulta en sequedad ocular y bucal.
  • Artritis Reumatoide: Otra enfermedad autoinmune que puede disminuir la producción de lágrimas.
  • Diabetes: Puede afectar la producción y la calidad de las lágrimas.
  • Blefaritis: Inflamación de los párpados que puede obstruir las glándulas productoras de lágrimas.
  • Hipotiroidismo: Puede afectar la producción de lágrimas.
  • Tomar ciertos medicamentos (antidepresivos, antihistamínicos, etc.): El uso diario de la medicación puede provocar disminución de la producción de lágrima.
  • Exposición a calefacciones o aires acondicionados: Estar en espacios en que la humedad está muy reducida, afecta a la calidad de la lágrima.
  • Contaminación atmosférica: La calidad del aire también afecta la lágrima. La lágrima se comporta de manera diferente si nos encontramos en grandes ciudades o en el campo, debido a la presencia de contaminantes y partículas en suspensión que pueden irritar y secar los ojos.
  • Parpadeo: el párpado es el encargado de repartir la lágrima por la superficie de la córnea y conjuntiva. En actividades que demandan mucha atención visual (leer, ordenador, conducir, etc.) la disminución del parpadeo es evidente, y la evaporación de la lágrima es mayor.
  • Higiene ocular y nasal: importante mantener el conducto nasolagrimal desobstruido, para facilitar el drenaje de la lágrima.
Las lágrimas artificiales pueden proporcionar alivio inmediato al lubricar los ojos. Se recomienda elegir productos sin conservantes para evitar irritaciones adicionales.

5 recomendaciones para aliviar la sequedad ocular

Las lágrimas artificiales pueden proporcionar alivio inmediato al lubricar los ojos. Se recomienda elegir productos sin conservantes para evitar irritaciones adicionales. En el mercado existen diferentes tipos de lágrimas en relación a la necesidad de hidratación que necesita el ojo.

Utilizar humidificadores para mantener el aire húmedo, especialmente en climas secos o durante el invierno, puede ayudar a prevenir la sequedad ocular.

Enfocarse en parpadear con regularidad, especialmente durante actividades prolongadas como el uso de pantallas, ayuda a mantener los ojos lubricados.

Mantener una buena higiene ocular limpiando suavemente los párpados, existen el mercado toallitas específicas para este fin, puede ayudar a evitar la obstrucción de las glándulas productoras de lágrimas.

La meditación y otras técnicas de relajación pueden contribuir a mantener el equilibrio del sistema nervioso autónomo. El estrés crónico o en momentos puntuales puede afectar de manera manifiesta la sequedad ocular.

Practicar la regla del 20-20-20 para hacer parpadeos conscientes, respiraciones profundas y la atención plena puede mejorar la producción y calidad de las lágrimas.



La sequedad ocular es una afección multifactorial que puede afectar significativamente la calidad de vida.

Identificar y tratar las enfermedades subyacentes, así como adoptar estrategias diarias para mantener la lubricación ocular, es esencial para aliviar los síntomas.

Consultar a un profesional de la salud visual, oftalmólogos y ópticos optometristas, es fundamental para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

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