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Así es la reconstrucción mamaria con microcirugía en pacientes con cáncer de mama
En los últimos años, los avances en el tratamiento quirúrgico del cáncer de mama han ampliado las opciones de reconstrucción mamaria para las pacientes.
Según las indicaciones del Comité multidisciplinar de Cáncer de mama, se selecciona la técnica quirúrgica ideal de acuerdo al diagnóstico y las necesidades específicas de cada paciente.
Esta decisión puede incluir cirugías conservadoras, que preservan parte del tejido mamario, o mastectomías cuando es necesario.
En ambos casos, existe la posibilidad de realizar una reconstrucción mamaria inmediata. En el mismo acto quirúrgico, se combina la extirpación del tumor con la reconstrucción del pecho, logrando resultados seguros y estéticamente naturales.
Otra opción es la reconstrucción diferida, realizada en una etapa posterior a la cirugía de resección del tumor, permitiendo a la paciente recuperarse primero de la cirugía oncológica.
Reconstrucción mamaria
La reconstrucción mamaria permite a muchas mujeres recuperar la forma y apariencia del pecho tras una mastectomía o cirugía conservadora.
Buscamos información profesional con el Dr. César Casado Sánchez, cirujano plástico especialista en cirugía mamaria estética y reconstructiva, y responsable de la Unidad de Cirugía Plástica del Hospital Ruber Internacional:
«Este procedimiento no solo persigue reconstituir el contorno físico de la mama, sino que también aporta un menor desgaste psicológico y emocional en las pacientes, que ven un menor impacto en su imagen personal, aspecto clave tras asumir un diagnóstico de cáncer de mama».
La técnica de reconstrucción mamaria se elige según las necesidades y características de cada paciente. Algunas técnicas utilizan implantes, otras emplean tejidos de la propia paciente (reconstrucción autóloga) y un tercer grupo emplean una combinación de procedimientos.
El empleo de tejido de la propia paciente, transferido al pecho mediante microcirugía, proporciona un aspecto más natural. «Cada caso es único», enfatiza el Dr. Casado. «Por eso es fundamental adaptar el enfoque a las expectativas y la salud de cada paciente», añade.
Microcirugía en la reconstrucción mamaria
La microcirugía ha revolucionado la reconstrucción mamaria, ya que permite utilizar tejidos propios de la paciente para recrear un pecho de aspecto y tacto naturales, tomando tejido de partes del cuerpo donde la secuela sería muy tolerable, incluso beneficiosa.
Según el Dr. Casado, «la microcirugía nos permite transferir colgajos, es decir, segmentos de piel y grasa, con sus propios vasos sanguíneos, desde otras áreas del cuerpo a la zona del pecho».
Para esto, se requiere el uso de microscopios quirúrgicos de alta precisión, que amplían el campo de trabajo y permiten al cirujano conectar vasos sanguíneos milimétricos. Este procedimiento exige gran experiencia del cirujano, pues cada detalle cuenta para asegurar la viabilidad del tejido.
Colgajo DIEP, SGAP o PAP
Entre las técnicas más utilizadas está el colgajo DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator), que emplea piel y grasa del abdomen sin afectar el músculo, permitiendo una reconstrucción mamaria duradera sin comprometer la pared abdominal.
Otros colgajos, como el SGAP (de la región glútea) o el PAP (de la cara posterior del muslo), también son opciones que se eligen según la cantidad y tipo de tejido disponible.
Ventaja de la microcirugía
«La ventaja de la microcirugía», destaca el Dr. Casado, «es que el tejido se integra naturalmente en el cuerpo, envejeciendo en simetría con él y adaptándose a todos los cambios de la mujer, lo que ofrece una solución duradera y estética».
En casos donde la reconstrucción mamaria inicial no ha cumplido con las expectativas, las pacientes pueden buscar una segunda opinión para mejorar el resultado estético que se obtiene con los implantes.
«La microcirugía permite corregir y mejorar la forma obtenida con otras opciones, utilizando tejidos propios para lograr un resultado más natural y satisfactorio», explica el Dr. Casado.
Intervención larga pero poco agresiva
La paciente puede ingresar el mismo día de la intervención, que se realiza bajo anestesia general.
Aunque la cirugía es de larga duración, de unas 4 horas en casos unilaterales, y 7 horas en dos mamas, el Dr. Casado asegura que «es una intervención poco agresiva, en la que cada detalle del proceso quirúrgico es importante para lograr un resultado óptimo».
48 horas de control tras la cirugía
Tras la cirugía, la paciente permanece en el hospital entre tres y cinco días, siendo las primeras 48 horas esenciales para el control del proceso de reconstrucción mamaria. «Este tiempo es crucial para asegurarnos de que el tejido injertado evolucione de manera adecuada», comenta el Dr. Casado.
Después del alta, se recomienda una semana más de reposo domiciliario, evitando esfuerzos físicos y manteniendo una nutrición adecuada para apoyar la recuperación. Es a partir del mes donde la paciente se incorpora a la rutina habitual de forma progresiva.
Cuidados durante el primer mes
A partir del tercer día, la paciente puede ducharse con precaución, manteniendo las zonas intervenidas protegidas. Durante el primer mes, se recomienda usar un sujetador sin aros y una faja abdominal para facilitar la curación.
«Las cicatrices pueden mejorar con el uso de láminas o parches de gel de silicona, evitar el sobrepeso en lo posible, y es fundamental evitar el tabaco semanas antes de la cirugía, ya que afecta mucho a la cicatrización», indica el Dr. Casado.
El especialista también sugiere evitar la exposición directa al sol en las zonas tratadas durante el primer año.
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