¿Por qué las mujeres son más propensas a sufrir problemas de tiroides? Hipotiroidismo e hipertiroidismo son trastornos habituales pero son más frecuentes en la mujeres, especialmente mayores de cincuenta años o embarazadas.

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¿Por qué las mujeres son más propensas a sufrir problemas de tiroides?

Pese a su pequeño tamaño, la glándula tiroidea segrega unas hormonas con capacidad de regular el metabolismo y mantener funciones vitales del organismo.

Por eso, los trastornos de la función tiroidea, que se caracterizan por provocar un exceso o un déficit de estas hormonas, acarrean multitud de efectos secundarios relacionados con el peso y el estado de ánimo.

Tanto mujeres como hombres pueden verse afectados por los problemas de tiroides, pero su frecuencia es mayor en el caso femenino.

Con síntomas y sin diagnóstico

El doctor Rafael Palomares Ortega, jefe de Endocrinología, Diabetes y Nutrición del Hospital Quirónsalud Córdoba, indica que estas patologías afectan al 10% de la población española, en su mayoría mujeres mayores de 50 años, y también a embarazadas.

Otro dato alarmante es que casi la mitad de las personas afectadas padecen sus síntomas sin tener un diagnóstico.

Conoce más sobre la glándula tiroidea y dos de sus alteraciones más comunes: el hipertiroidismo y el hipotiroidismo. También te contamos sus consecuencias en mujeres gestantes.

Doctor Rafael Palomares Ortega, jefe de Endocrinología, Diabetes y Nutrición del Hospital Quirónsalud Córdoba.

Hipotiroidismo e hipertiroidismo

La glándula tiroidea se encarga de segregar unas hormonas muy importantes para el funcionamiento del organismo y del metabolismo. Pero, en algunos casos, esta función puede verse alterada, dando lugar al hipotiroidismo o al hipertiroidismo, que son dos trastornos tiroideos muy habituales.

El hipotiroidismo se caracteriza por provocar un déficit de hormonas tiroideas, algo muy habitual en el 1% de los embarazos; mientras que el hipertiroidismo origina un exceso de producción de estas hormonas.

Estos problemas pueden aparecer tanto en mujeres como en hombres, pero son más frecuentes en ellas, especialmente en mujeres de más de 50 años o que están embarazadas. También son habituales en personas con antecedentes en la familia.

Tiroiditis

Otro trastorno tiroideo muy común en embarazadas es la tiroiditis, que provoca la inflamación de esta glándula y, en consecuencia, produce cuadros de hipotiroidismo e hipertiroidismo.

El diagnóstico de estas enfermedades se realiza mediante una analítica de sangre, y esto permite después indicar el tratamiento más adecuado.

El doctor Palomares explica que, en general, se prescribe la toma de medicación, así como revisiones periódicas con el especialista en endocrinología.

Bocio, nódulos y cáncer

Aparte de los cambios de la función tiroidea, la glándula puede sufrir otros problemas, como:

  • Bocio, que provoca un aumento de su tamaño.
  • Tumores o nódulos benignos, algo muy habitual en el 4-8% de la población. No es necesario operarlos, aunque se recomienda su seguimiento.
  • Cáncer de tiroides, que no causa síntomas en la mayoría de los casos y su frecuencia es mucho más baja que los nódulos benignos.

Para descartar entre nódulos benignos y malignos, es fundamental acudir a la consulta de Endocrinología, de manera que se analizan los nódulos mediante pruebas de diagnóstico:

  • Ecografía
  • Gammagrafía
  • Punción aspirativa
Se estima que hasta el 25% de las mujeres embarazadas pueden tener algún trastorno de las funciones de la tiroides.

Mujeres embarazadas y función tiroidea

Durante el embarazo se originan cambios en la tiroides, tanto en la secreción o producción de hormonas tiroideas como en su tamaño. De hecho, se estima que hasta el 25% de las embarazadas pueden tener algún trastorno de las funciones de la tiroides.

Hay que tener en cuenta que la madre tiene que cubrir sus propias necesidades y las del feto, sobre todo durante el primer trimestre, que es cuando éste todavía no segrega hormonas tiroideas por sí mismo. El doctor Palomares apunta que se necesita segregar un 50% más de hormonas tiroideas.

Por lo tanto, es vital controlar la función tiroidea en el embarazo, ya que tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden entrañar riesgos para la madre y el bebé.

Algunas de las posibles consecuencias del hipotiroidismo en el embarazo se relacionan con la pérdida fetal, anemia, hemorragia en el postparto y otros efectos negativos. En el caso de hipertiroidismo, puede causar insomnio, taquicardia, temblores o pérdida de peso, entre otros problemas.

A partir del segundo trimestre la glándula tiroidea del feto comienza a segregar sus propias hormonas. Aun así, la de la madre continúa siendo muy relevante, ya que contribuye al incremento de los niveles hormonales dentro del feto.



Tiroides y su efecto en la fertilidad

En particular, el hipotiroidismo puede influir en la función reproductora. Se puede producir, entre otras consecuencias relacionadas con la fertilidad:

  • disminución de libido
  • oligospermia
  • disfunción eréctil
  • fertilidad reducida
  • abortos espontáneos

Otro factor importante a tener en cuenta si estás pensando en quedarte embarazada es que la hormona TSH no debe superar ciertos niveles. La TSH debe estar por debajo de 2,5 mcUI/ml, y si estuviera más alta es necesario tratar con hormona tiroidea.

Afortunadamente, hoy día existen pruebas de diagnóstico que permiten detectar cuanto antes cualquier problema con la tiroides y, por tanto, incorporar un tratamiento de forma precoz.

Los trastornos causados por el hipotiroidismo y por el hipertiroidismo pueden disminuir o desaparecer si se lleva a cabo un buen control y tratamiento en el primer trimestre.

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