La capacidad visual y el sensacional mundo de la lectura. Antes de sumergirnos en las páginas de un libro, aprendemos a tocar, ver y hablar.

Estos sentidos se entrelazan en el complejo proceso de la lectura, donde la visión tiene la función de integrar los procesos sensoriales motrices.

Continuamos, con esta interesante temática, aportando información profesional sobre el sentido de la vista. Y lo hacemos con una nueva serie de artículos de Silvia Edo, Óptica Optometrista en EDO ÒPTICS.

Silvia está especializada en visión infantil, en diagnóstico y tratamiento de las anomalías binoculares, terapia visual y problemas de aprendizaje. Es Psicomotricista y Practicant Tomatis® Nivel 2.

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La capacidad visual y el sensacional mundo de la lectura

Silvia Edo, Óptica Optometrista

En el mes de abril, en Cataluña, se celebra el Día del Libro, la Díada de Sant Jordi, una festividad en la que se regalan libros y rosas. Esto nos recuerda la importancia de la lectura y la escritura en nuestras vidas. Sin embargo, es la punta del iceberg de un complejo y crucial desarrollo invisible que comienza mucho antes de que un niño o niña aprenda a leer y escribir.

Antes de sumergirnos en las páginas de un libro, aprendemos a tocar, ver y hablar. Estos sentidos se entrelazan en el complejo proceso de la lectura, donde la visión tiene la función de integrar los procesos sensorios motrices.

Hoy nos adentramos en el mundo de la lectura, desde la perspectiva de la visión. Exploramos el proceso lector desde el punto de vista de cómo influye nuestra capacidad visual en esta actividad tan fundamental.

Antes de sumergirnos en las páginas de un libro, aprendemos a tocar, ver y hablar. Estos sentidos se entrelazan en el complejo proceso de la lectura, donde la visión tiene la función de integrar los procesos sensorios motrices.

¿Cuáles son las  etapas del proceso de aprender a leer?

En cualquier proceso creativo se establecen diferentes etapas. En éste caso vamos a desgranar éste proceso teniendo en cuenta cómo se desarrolla el sentido de la visión, desde el embarazo hasta los 12 años de edad.

El proceso lector comienza incluso antes del nacimiento, durante la formación del feto. En ésta etapa, se establecen las conexiones del sistema nervioso que permiten unir la información que llega al cerebro a través de los sistemas sensoriales: tacto, vestíbulo (equilibrio), audición y visión.

Estas conexiones son fundamentales, ya que integran la información sensorial con las estructuras físicas del cuerpo, como los ojos y los músculos, para facilitar el aprendizaje inicial de la lectura y, posteriormente, la comprensión de lo que se lee.

Por tanto, estos procesos que abarcan los órganos visuales, los músculos oculomotores y la parte sensorial son esenciales para una serie de funciones visuales y cognitivas.

Entre estas funciones se incluyen la atención visual, los movimientos de los ojos, la concentración, la memoria y otras.

En el período que sigue después del parto, desde los cero hasta los seis años de edad, se desarrollan las habilidades necesarias para identificar letras, números y otros elementos fundamentales para la lectura y la escritura.

Si tenemos en cuenta que, al nacer, el tacto es el sentido más desarrollado y el sistema visual es el menos desarrollado, podemos entender que en los tres primeros años de vida y especialmente durante el primer año, el tacto desempeña un papel fundamental en el proceso del desarrollo visual.

Por lo tanto, la coordinación entre la información visual y la táctil es básica para que un niño o niña pueda comprender y procesar la información que le llega, lo que posteriormente le ayudará a leer y escribir con mayor facilidad.

A medida que los niños adquieren destrezas motoras finas y una mayor coordinación ojo-mano, se vuelven capaces de manejar libros y explorar su contenido de manera más efectiva.

Manejar el libro y explorar su contenido

Desde el nacimiento hasta los seis años, los niños, a través de la exploración activa de su entorno, experimentan un rápido crecimiento y desarrollo de las habilidades visuales, auditivas y motoras.

Este desarrollo visomotor sienta las bases para habilidades más complejas, como aprender a coordinar sus movimientos oculares y manuales, a enfocar la vista en objetos cercanos y lejanos, y a seguir líneas y formas con los ojos.

A medida que los niños adquieren destrezas motoras finas y una mayor coordinación ojo-mano, se vuelven capaces de manejar libros y explorar su contenido de manera más efectiva.

Por ello, la coordinación entre la información visual y la táctil es básica para que un niño o niña pueda comprender y procesar la información que le llega y que posteriormente le ayudará a leer y escribir con mayor facilidad

Es por ello que la siguiente etapa, desde los seis hasta los doce años, los niños están preparados para aprender habilidades más avanzadas relacionadas con la lectura, como la recodificación fonológica, que les ayudará a comenzar a leer en voz alta con fluidez y comprensión.

Durante esta etapa, la lectura se convierte en un medio fundamental de aprendizaje, donde los niños no solo adquieren conocimientos, sino que también utilizan la lectura como herramienta para explorar diferentes temas y expandir su comprensión del mundo que les rodea.

El aprendizaje de la lectura y la escritura va mucho más allá de simplemente reconocer letras y palabras. Detrás de estas habilidades se encuentra un complejo proceso invisible en el sistema visual que comienza desde los primeros días de vida y continúa hasta la adolescencia.

Lectoescritura

La lectoescritura implica una suma de habilidades visuales y cognitivas en las que la atención visual, la concentración y la identificación juegan un papel crucial. Estas habilidades están estrechamente relacionadas con el sistema visual y su correcto funcionamiento.

Es importante tener en cuenta que, en ocasiones, pueden surgir disfunciones de atención o oculomotoras que afecten a estas habilidades y dificulten el proceso de lectoescritura.

En estos casos, los ópticos optometristas desempeñan un papel crucial al intervenir mediante la terapia visual para trabajar en los aspectos visomotores y sensoriales del sistema visual que no son evidentes a simple vista.

Además de garantizar una visión nítida y precisa, estos profesionales pueden ayudar a mejorar la coordinación ocular, la concentración y otras habilidades visuales necesarias para la lectoescritura efectiva.

En resumen, el aprendizaje de la lectura y la escritura va mucho más allá de simplemente reconocer letras y palabras. Detrás de estas habilidades se encuentra un complejo proceso invisible en el sistema visual que comienza desde los primeros días de vida y continúa hasta la adolescencia.

Al comprender la importancia de estos procesos y la intervención de los ópticos optometristas en su desarrollo, podemos garantizar un aprendizaje óptimo y exitoso para todos los niños y niñas.

Silvia Edo, EDO òptics, óptica optometrista y escritora, te ofrece información sobre el cuidado de la visión.

Cinco habilidades para la lectura  

La agudeza visual permite identificar letras, números y palabras con precisión. La binocularidad se relaciona con la capacidad de los ojos para trabajar juntos de manera coordinada. Permite una visión estable, así como la capacidad de mantener el enfoque en el texto durante períodos prolongados.

Desde la semana 40 de gestación, el bebé ya es capaz de escuchar la voz materna, lo que demuestra que el sentido auditivo se desarrolla antes que el visual. Esta estimulación auditiva temprana contribuye al desarrollo del lenguaje y también apoya el desarrollo visual facilitando el proceso lector.

Es esencial que los pequeños estén expuestos a una variedad de sonidos y palabras para construir un vocabulario amplio y diverso. Esta exposición temprana sienta las bases para el desarrollo de habilidades de lectoescritura efectivas.

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El equilibrio y la coordinación son fundamentales para el proceso lector, ya que contribuyen a la capacidad de que los ojos trabajen juntos de manera coordinada, fusionando las imágenes de ambos ojos y lograr una visión en tres dimensiones (3D).

También facilitan que los movimientos oculares sean precisos y eficientes, ayudando al niño a seguir las líneas de texto y comprender lo que lee.

La percepción visual abarca la capacidad de interpretar y comprender la información visual que reciben los ojos.

Incluye la representación e integración de la información visual en la memoria, la orientación en el espacio y el tiempo, y la codificación y descodificación de símbolos visuales, lo que favorece la visualización y la creatividad.

Bibliografia

  • Blakemore, Sarah – Jayne & Frish, Uta (2005). Cómo aprende el cerebro. Barcelona: Editorial Ariel
  • Roure, Manel (2012). Predominios Visuales edición /Lleida: Pagés editors, SL
  • Pikler, Emmi (1969). Moverse en libertad 9ª edición /Madrid: NARCEA
  • Goddard Blythe, Sally (2017). El niño bien equilibrado. 2ª edición. Barcelona: Ing Edicions

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