¿Es posible la regulación remota de la función cerebral? La respuesta es sí. El Hospital Ruber Internacional (Grupo Quirónsalud) puede controlar los signos neurológicos y psiquiátricos a través de una tablet.
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¿Es posible la regulación remota de la función cerebral?
Los síndromes neurodegenerativos, categoría de trastornos que afectan al sistema nervioso, inquietan cada vez más a un número significativo de personas en nuestra sociedad.
Estos trastornos se caracterizan por la pérdida progresiva de funciones cerebrales. La enfermedad de Parkinson, entre otras muchas, es una de las más comunes.
La incapacidad secundaria a trastornos psiquiátricos que no mejoran con medicación o terapias psicológicas, también genera una creciente preocupación entre los profesionales de la salud y la comunidad científica.
Estimulación cerebral profunda
Para todo ello, y dentro de los distintos tratamientos que existen desde hace años, destaca la Estimulación Cerebral Profunda (ECP).
Es una terapia que, según explica la doctora Cristina Torres Díaz, especialista de la Unidad de Neurocirugía Funcional del Hospital Ruber Internacional, «se utiliza desde hace varias décadas en pacientes con Parkinson o con temblor esencial. O con otras enfermedades un poco más complicadas, como la distonía o el trastorno obsesivo compulsivo«.
Además, según la neurocirujana, esta terapia se investiga en otras enfermedades como:
- Depresión farmacorresistente
- Anorexia nerviosa
- Agresividad patológica
- Esquizofrenia
Además, se ha demostrado que es muy útil para tratar y controlar el dolor neuropático.
Cirugía para colocar un electrodo en el cerebro
El procedimiento, que se realiza mediante una cirugía, consiste en colocar un electrodo dentro del cerebro y, dependiendo de la enfermedad, se sitúa en un lugar concreto.
«El electrodo se conecta a unos cables por debajo de la piel y a una batería. Es una especie de marcapasos cerebral», explica la Dra. Torres. La batería proporciona una pequeña corriente, que ejerce una acción terapéutica, es decir, regula los circuitos que no funcionan bien en el cerebro y los normaliza.
En el caso más frecuente, que es el de un paciente con Parkinson o con temblores, que no se mueve bien, cuando se activa la estimulación empieza a moverse correctamente.
La cirugía se puede hacer con el paciente bajo anestesia general o local, «dependiendo de si necesitamos o no ver cómo es su temblor o sus síntomas durante la intervención. En el caso de un paciente psiquiátrico, por ejemplo, se le duerme por completo», añade la especialista.
Electrodos que se pueden programar a distancia
A día de hoy, la estimulación cerebral profunda se está aplicando de una manera todavía más novedosa.
Tal y como subraya la Dra. Cristina Torres, aunque ya se estaba investigando anteriormente, «a partir del COVID, sobre todo, estamos utilizando electrodos que se pueden programar a distancia. Es decir, implantamos el dispositivo en un paciente y empezamos con poca corriente…
… Durante un mes, más o menos, observamos su funcionamiento. Si no se encuentra bien del todo tiene que volver a consulta para que le regulemos la estimulación. Y puede que necesite que le revisemos también la medicación».
Conexión con el paciente por videollamada
En ese sentido, el Hospital Ruber Internacional recibía pacientes procedentes de Panamá, de Venezuela y de otros países, «lo que requería visitas frecuentes y era un poco duro para ellos. La novedad que estamos presentando es que ahora, la regulación remota de la función cerebral es posible…
… El Hospital Ruber Internacional ya controla los síntomas neurológicos y psiquiátricos a través de una tablet. Se puede subir o bajar la estimulación a distancia, mediante una conexión wifi. Da igual que el paciente esté en Perú o en nuestro centro, podemos cambiar los parámetros de estimulación», destaca la especialista.
De hecho, según la doctora Mónica Kurtis, directora del programa de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital Ruber Internacional, era frecuente que subieran la estimulación y se pasaran de intensidad, por lo que, al día siguiente, el paciente tenía que volver al hospital para que se la regulasen.
«No es igual el efecto cuando te acaban de realizar la intervención que el que produce al cabo de unos días».
Ahora, la doctora hace una conexión por videollamada con su paciente y es capaz de reducir la estimulación simplemente pulsando un botón en su tablet. La persona, que en ese momento estaba temblando, deja de hacerlo inmediatamente.
Cirugía para todas las edades
Para llevar a cabo la estimulación cerebral profunda, el especialista hace unos trépanos en el cráneo e introduce el electrodo, que mide poco más de un milímetro, a través de un dispositivo que permite hacerlo con altísima precisión.
«La zona del cerebro donde se quiere implantar está personalizada. Es decir, invertimos mucho tiempo haciendo cálculos, dependiendo del paciente, para saber cuál es el área idónea dentro de su cerebro. Todo esto se hace a través de un ordenador con un software específico…
… Después, una vez que sabemos dónde lo queremos colocar, y a través de unas coordenadas que necesitamos y que pasamos a un dispositivo concreto, se pone el electrodo», detalla la Dra. Cristina Torres.
La cirugía, dependiendo de si es unilateral o bilateral y de si el paciente está despierto o dormido, puede durar entre tres y seis horas, aproximadamente.
Postoperatorio bien tolerado
Respecto al postoperatorio, «en general, no es malo porque, en realidad, se hacen dos pequeños trépanos en el cráneo, en una zona que, en general, no suele doler…
… Después, el paciente se despierta bien. Molesta un poco más la zona donde se sitúa la batería, que se implanta en la grasa pectoral, pero a las 24 horas el paciente ya está caminando, comiendo, etc. A pesar de que es una cirugía cerebral el postoperatorio es bien tolerado», señala la doctora.
Puede ocurrir que la batería se desgaste, por lo que existen algunos modelos recargables, pero al principio, sobre todo, los expertos colocan una que hay que cambiar quirúrgicamente cada tres o cuatro años, dependiendo del consumo, es decir, de la intensidad que requiera cada paciente.
Batería recargable
Sin embargo, otras veces se utiliza una batería recargable, que se carga a la red, como un móvil, a través de una especie de Bluetooth, por lo que ya no es necesario cambiarla.
Esta intervención se lleva a cabo tanto en pacientes mayores, de hasta 70 o 75 años, como en niños, en aquellos que tienen distonía. «Cuanto antes se trate, mejor, para evitar deformidades y para que se puedan manejar bien en el colegio, por ejemplo», apunta la Dra. Torres.
Según la Dra. Mónica Kurtis, en niños con distonía se opera con el mismo sistema de Estimulación Cerebral Profunda, y se pueden beneficiar de este dispositivo de programación a distancia.
Para una distonía, la diana es el globo pálido; para un temblor, es el tálamo y, para la enfermedad de Parkinson, es el subtálamo. Pero el sistema, como digo, es el mismo.
«Colocas un electrodo y luego escoges los polos, a través de los cuales se emite electricidad en un campo cerebral».
Equipo experimentado y altamente especializado
La Estimulación Cerebral Profunda se realiza en «muy pocos centros y muy especializados», puntualiza la Dra. Cristina Torres, quien añade que se está llevando a cabo en ciudades como Madrid, Barcelona y Sevilla: «No se hace en cualquier hospital, ya que el centro tiene que contar con un equipo muy experimentado, pero el procedimiento a distancia es algo pionero en Madrid. Estamos avanzando mucho».
En ese sentido, la Dra. Mónica Kurtis recuerda que este sistema beneficia, especialmente, a pacientes que son operados y que viven lejos de los centros de referencia donde se les puede intervenir, «lo cual democratiza mucho. Por ejemplo, si vives en un pueblo de Extremadura o de Castilla-La Mancha, tienes acceso a tu médico de la misma forma que si vivieras en el centro de Madrid. Hoy, por desgracia, esto no es una realidad porque los centros de referencia están lejos de esos sitios».
La Dra. Torres ha participado en un ensayo clínico para probar que la terapia funciona correctamente y, tal y como asegura, ya se ha superado: «Ha tenido buenos resultados y ahora estamos empezando a expandirlo a la población general. Es un procedimiento novedoso que acaba de superar el ensayo clínico y se ha visto que es una técnica eficaz».
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