¿Puedo practicar deporte al aire libre cuando el calor aprieta? Cuando llega el verano y las temperaturas comienzan a subir, muchas personas se preguntan si es seguro seguir practicando deporte al aire libre.

La respuesta es sí, pero con importantes matices. El calor extremo puede ser un enemigo serio para el cuerpo humano, especialmente durante el ejercicio físico. Sin embargo, tomando ciertas precauciones y adaptando la rutina, es posible disfrutar del deporte al aire libre sin poner en riesgo la salud.

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¿Puedo practicar deporte al aire libre cuando el calor aprieta?

Antes de hablar de las soluciones, es fundamental entender cómo afecta el calor al organismo. Durante la actividad física, el cuerpo produce calor interno y, para regular la temperatura, comienza a sudar. Este mecanismo permite disipar el calor a través de la evaporación.

No obstante, cuando la temperatura ambiente es muy elevada y hay alta humedad, el sudor se evapora con mayor dificultad, lo que puede provocar un sobrecalentamiento corporal.

En consecuencia, si no se toman precauciones adecuadas, pueden aparecer síntomas de deshidratación, agotamiento por calor o incluso un golpe de calor, una situación médica grave que requiere atención urgente.

Una de las estrategias más efectivas para combatir el calor mientras se hace deporte es elegir el momento adecuado del día.

Las primeras horas de la mañana, justo después del amanecer, suelen ser las más frescas. Asimismo, al atardecer, cuando el sol comienza a bajar, también disminuye la intensidad del calor.

Por el contrario, es muy recomendable evitar las horas centrales del día, generalmente entre las 12 y las 17 horas, cuando el sol está en su punto más alto y la radiación UV es más intensa.

¿Puedo practicar deporte al aire libre cuando el calor aprieta?
Cuando la temperatura ambiente es muy elevada y hay alta humedad, el sudor se evapora con mayor dificultad, lo que puede provocar un sobrecalentamiento corporal.

En segundo lugar, mantener una buena hidratación es clave. Beber agua antes, durante y después del ejercicio es esencial para compensar la pérdida de líquidos a través del sudor. Es importante no esperar a tener sed para beber, ya que la sed es un signo tardío de deshidratación.

Además, para quienes hacen ejercicio de alta intensidad o de larga duración, puede ser útil el consumo de bebidas isotónicas que ayudan a reponer electrolitos como el sodio y el potasio, fundamentales para el funcionamiento muscular.

Otro aspecto a tener en cuenta es la ropa deportiva. Para entrenar en condiciones de calor, lo ideal es optar por prendas ligeras, transpirables y de colores claros.

Este tipo de ropa permite una mejor ventilación y facilita la evaporación del sudor, ayudando al cuerpo a mantenerse fresco.

Igualmente, es recomendable usar una gorra o visera para protegerse del sol directo y aplicar protector solar en todas las zonas expuestas de la piel, incluso si el cielo está nublado.

Aunque seas una persona acostumbrada al ejercicio intenso, moderar la intensidad en los días más calurosos es una decisión inteligente.

El cuerpo necesita más energía para mantener su temperatura interna, por lo que no es raro sentirse más cansado que de costumbre.

En este sentido, reducir el ritmo, hacer más pausas y alargar el tiempo de recuperación entre series o ejercicios puede marcar la diferencia entre una sesión exitosa y un episodio de agotamiento.

¿Puedo practicar deporte al aire libre cuando el calor aprieta?
Aunque seas una persona acostumbrada al ejercicio intenso, moderar la intensidad en los días más calurosos es una decisión inteligente.

A medida que avanzas en tu entrenamiento, es vital escuchar las señales de tu cuerpo. Mareos, náuseas, dolor de cabeza, piel enrojecida y ausencia de sudoración son señales de alerta que indican que el cuerpo está sufriendo un golpe de calor.

Ante estos síntomas, es fundamental parar de inmediato, buscar sombra, hidratarse y, si los síntomas persisten, buscar ayuda médica.

No todo tiene que ser correr o andar en bicicleta bajo el sol abrasador. Durante los meses de más calor, es una buena idea explorar alternativas como la natación, el surf o el paddle surf, que además de ser ejercicios completos, se realizan en contacto con el agua, lo cual refresca de forma natural.

Del mismo modo, practicar deporte en espacios con sombra natural, como parques con árboles frondosos, o en rutas protegidas por vegetación puede ser una excelente opción para evitar el sol directo.

Por último, aunque el objetivo sea disfrutar del deporte al aire libre, hay días en los que simplemente es más sensato entrenar en interiores.

Utilizar un gimnasio con aire acondicionado, realizar rutinas de entrenamiento funcional en casa o practicar yoga bajo techo puede ser una manera segura de mantener la actividad física sin exponerse a riesgos innecesarios.

Recuerda…

En resumen, practicar deporte al aire libre durante el verano es perfectamente posible, siempre y cuando se haga con responsabilidad.

Elegir bien el horario, hidratarse correctamente, usar ropa adecuada, moderar la intensidad y escuchar al cuerpo son claves fundamentales para disfrutar del ejercicio sin poner en peligro la salud.

El calor no tiene por qué ser un obstáculo, sino una oportunidad para ser más conscientes de nuestras necesidades físicas y explorar nuevas formas de mantenernos activos. Con planificación y sentido común, es posible mantenerse en forma y disfrutar del aire libre incluso cuando el termómetro aprieta.

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