Sobrecarga muscular y estiramientos. La sobrecarga muscular se puede producir por varias razones: actividad física excesiva, estrés y sedentarismo.
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Sobrecarga muscular y estiramientos
Cuando los músculos se fatigan por exceso de contracción, se producen toxinas y sustancias de desecho que dificultan la circulación sanguínea. Esto provoca inflamación y rigidez que da lugar a sobrecargas y contracturas musculares.
Si la causa de la sobrecarga es la actividad física, la musculatura afectada es la misma implicada en el entrenamiento o el ejercicio físico
Cuando nuestro cuerpo está en la misma postura durante mucho tiempo, algunos músculos permanecen contraídos. Esto provoca acortamientos y pérdida de movilidad.
Ansiedad, angustia o estrés también provocan rigidez. Afectan al sistema nervioso y este lo transmite a los músculos. La parte alta de la espalda (trapecio superior, escalenos, esternocleidomastoideo, etc.) es la zona que se suele llevar la peor parte cuando se trata de dolor muscular por un estado emocional.
¿Cómo podemos reducir las sobrecargas musculares?
El estiramiento nos ayuda física y mentalmente. Estirar ayuda a aliviar la fatiga muscular y reduce la tensión diaria.
A través de los estiramientos conseguimos recuperar el tono normal de los músculos, liberamos toxinas y dejamos fluir la circulación. Esto provoca que se reduzca la fatiga y aumente la sensación de bienestar y alivio.
Existen varios tipos de estiramiento. Hoy nos referimos al estiramiento estático. Es decir, tras alcanzar la posición en la que el músculo está estirado, la mantenemos durante 20 o 30 segundos mínimo.
Los estiramientos estáticos pueden ser activos, los realizamos nosotros mismos, y pasivos (con ayuda externa). Lo importante es que mantengamos el estiramiento el tiempo suficiente para conseguir la adaptación muscular deseada.
¿Qué efecto produce el estiramiento?
Cuando se realiza un estiramiento forzado a una velocidad lenta, se recibe esta información dentro del músculo (concretamente en el órgano tendinoso de Golgi) y se activa el reflejo de inhibición.
Este reflejo es un mecanismo de protección ante un exceso de estiramiento del músculo y de los tendones. Al detectar un peligro de rotura por exceso de estiramiento, el sistema nervioso da la orden al músculo de relajarse completamente. De esta forma se facilita especialmente la disminución de la rigidez muscular.
Evitar el dolor y el esfuerzo excesivo
Es importante que la persona llegue a un estiramiento forzado del músculo de forma lenta y consciente hasta un límite razonable, siempre evitando el dolor o cualquier esfuerzo excesivo. El objetivo es que el músculo vuelva a su longitud normal sin provocar ninguna lesión.
Por último, aunque estirar un músculo de forma aislada ayudará a encontrarte más calmado, lo ideal es estirar por cadenas musculares, es decir, varios grupos musculares que cumplen una misma función.
Modalidades como el Yoga implican estiramientos de este tipo, lo que permite alcanzar un mayor estado de relajación.
Y como siempre, ante cualquier duda recuerda que debes consultar a los profesionales de Fisioterapia y Actividad Física.
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